En esta ocasión, Recorremos con mi coequiper un largo camino
desde el bar en que nos encontrábamos hacia el Chacarerean Teatre, a fin de
entrevistar a Emiliano Romero, director de Topos, y a Mauricio Dayub, uno de
los protagonistas de la película. No sin antes, claro, disfrutar de la
proyección en ese espacio especial, el cual forma parte del circuito que la
película realiza, además de las proyecciones en los cines.
E: ¿Cómo se trabajó la idea de la película a partir del
guión?
R: La idea del guión es que todos los personajes sean
ambiguos, que nadie se salve absolutamente. Todos son seres humanos y tienen
sus zonas oscuras.
E: ¿Cuál era la idea a la hora de mostrar la foto de la
madre de Congo?
R: Creo que deberíamos haber dejado más tiempo en pantalla
la foto, fue un error mío. Tal vez la composición del cuadro debería haber sido
considerado de otra manera.
E: ¿De qué manera pensaste ese personaje que no se ve, pero
que claramente tiene una importancia en el relato?
R: L a madre es una foto, un texto. Y laburo interno. No se
habló eso con Lautaro ni con Mauricio. Se sabe que la madre le había enseñado a
bailar. Pero se dejan para que el espectador las imagine.
E: ¿Con respecto a los alumnos y las prácticas de danza,
como imaginaste que era mejor plantearlo?
R: La idea era que se notara que la danza no es realmente
danza clásica, en el detrás de escena, durante los ensayos que se muestran.
E: ¿Cuál fue la respuesta del público en las diferentes
proyecciones?
R: En La Plata, por ejemplo, nadie se rió en momentos de la
película en que en otros espacios eso se daba. Pero todo el mundo aplaudió.
E: ¿Está planteada la época en la cual se desarrolla la
historia?
R: No, la época no se ha marcado. Una cosa curiosa, dados algunos detalles y es que
en Bolivia, cuando se menciona a un personaje denominado “el general”, a secas,
preguntaban si se trataba de Perón. Pero no, no era Perón. Habíamos pensado en
cambiar el rango militar del personaje, pero finalmente no lo hicimos.
E: ¿Cuál es tu historia con la actuación?
R: Nunca estudié actuación. Pero estuve siempre rodeado de
actores. Mis padres y mi hermana son
actores y directores, todo se tiñó de teatro en mi vida. En la Fuc yo siempre
dirigía a los actores. En la misma escuela dí clases cinco años. Luego de la
desvinculación, Antín (N de la R: Manuel, rector de la Universidad del cine) me
invitó a volver, pero en ese momento dije que no. Pensé que si quería vivir de
algo que realmente me gustara, tenía que hacer realmente algo que me hiciera
sentir así. Así comencé a dictar una serie de cursos de actuación que no
existen en el mundo, de actuación frente a cámara.
E: En un momento, viendo la película, reconocí a uno de los
actores. Tiene un papel pequeño, pero llamativo en su construcción.
R: Es Antonio Bax. Un gran actor. Lo conozco hace mucho
tiempo y ha protagonizado varios cortos que dirigí, como “Tiernizado, limpio y
a picar”.
E: ¿Qué opinión te merece el cine estadounidense?
R: No me parece que el cine estadounidense sea malo, como se
dice a veces; para mí el cine es para el público. Voy a defender mil veces más
a Spielberg que a un director con pose que hace cine para él y los amigos.
E: ¿Cómo se ingresa en el circuito de producción?
R: Hay que hacer lobby. La historia es por el reparto de la
torta. Los que están prendidos no quieren soltarse y por eso es tan difícil
entrar en el círculo del reparto de la guita.
E: ¿Cómo surgió el nombre de la película? O más bien qué
significado tiene?
R: Topos sugiere una alegoría con el arriba y el abajo. De
ese modo se muestran los personajes, así viven. Es una película llena de
metáforas. A mí me despertó muchas preguntas. Lo más importante es lo que el
relato genera en el espectador. Eso me recuerda a grandes autores como Griselda
Gambaro, o Tito Cossa; en determinado momento no podían decir las cosas
abiertamente, entonces trabajaban con la alegoría
E: ¿De qué manera definirías al topo?
R: Es como si no tuviera una realidad definida; pero era más
interesante mostrarlo como un ser que había perdido todos los condicionamientos
sociales. Casi todo en él estaba jugado, empujado al límite.
E: ¿Qué detalle recordás como uno de los más divertidos?
R: Bueno, en el momento en que Leonor Manso definió a su
personaje como a “Johnny Deep haciendo
de Lenin.”
E: ¿Qué podés contarnos al respecto de la locación elegida?
R: Filmamos en un geriátrico que sufrió un incendio, ubicado
en la ciudad de Buenos Aires. El rodaje no fue fácil, era invierno y hubo que
trabajar con un frío húmedo; terminamos todos bastante mal de la espalda.
E: ¿Qué decisiones tomaste en cuanto al color, para darle a
los diferentes espacios el estilo que te parecía debía teñirlos?
R: Usamos tonos entre ocres, naranjas, marrones, sepias.
E: ¿Qué directores te gustan?
R: Me gusta Gondry. Se nota de alguna manera que no es
latino, parece que su pueblo no fue estafado, creo que eso se ve en sus
historias.
Mauricio Dayub
E: ¿Cómo se planificó el rodaje?
M: No hubo ensayos previos. Creo que la construcción de mi
personaje surgió de la lectura del guión. El primer día llegué a rodaje, me
empezaron a atar. Y yo preguntaba de que era el material que se estaba
utilizando, y me decían: Es material inorgánico. (risas). Hicimos la
última es cena sin saber cómo era el mundo, los códigos del universo de los
topos. Esos e debe a que casi siempre en
cine se empieza por la escena más difícil. Es todo más fácil si uno intuye lo
que quiere el director. Además de eso, Emiliano ayuda mucho. Sabe muy bien lo
que quiere, y tiene un nivel increíble.
E: ¿Cómo es Congo?
M: Congo tiene mucha expectativa con su hijo. No son
muchos y cuando él hijo que ha elegido
para sucederlo desaparece, se complica. La hija no se siente capaz, pero sin
embargo Congo toma la decisión que sea
ella quien siga con el trabajo.
E: ¿Qué podés decir
respecto al personaje de la madre?
M: Creo que Emiliano no quiso ahondar en algunos temas, como
la mención a la madre. Prefirió dejar datos sueltos.
E: ¿Cómo ves el mundo construido para albergar a los topos?
M: Hay un acierto en su construcción. Y es interesante ver
lo que guía la ilusión de los personajes en su acceso al mundo de arriba. Había
un estilo muy fuerte de trabajo al respecto.
E: Has organizado funciones de la película en el Chacarerean
(teatre, propiedad de Mauricio Dayub) como parte del circuito de exhibición.
¿Qué podés contarnos al respecto?
M: Bueno, este es un teatro que reciclamos con mis socios
hace ya unos años; hemos realizado varios proyectos aquí, y ahora, bueno,
mostramos la película.
Una entrevista más, muy satisfactoria, en la cual tanto mi
coequiper y yo aprendimos algo, como en cada oportunidad en que nos
entrometemos un poquito para contarles historias: Siempre se abren nuevos
caminos.