lunes, 22 de julio de 2013


Una noche en el Bazofi

En la noche del sábado me dirigí hasta el Enerc (la escuela de cine del Incaa) con la promesa de ver un corto de Buster Keaton llamado El herrero. Lo interesante era poder observar las imágenes que no aparecen en el original, encontradas recientemente por los propulsores del espacio que nos convocaba, los por todos conocidos Fernando Martín Peña Y Fabio Manes .  Ya ubicado en el microcine, pude con agrado ver el material, el cual espera ser restaurado en breve. Presentado y narrado en persona por Peña, tuvo lugar un muy grato momento compartido con el resto de la sala, con mucha magia, debo decir. El viaje mental a las épocas en que todo era nuevo cada vez que iba al cine, fue inevitable.
Más tarde tuve el gusto de ver Seis mujeres para el asesino, una coproducción entre Italia, Francia y Alemania Federal (1964) dirigida por Mario Bava. Dentro del subgénero nacido en Italia y conocido como Giallo, derivado del thriller y el cine de terror, cuyas características son la exageración en las formas, el film hace hincapié en el morbo a la hora de mostrar los crímenes. Sangre por doquier, marcada sobreactuación, decorados recargados y la obviedad de la historia no fueron en este caso, una cualidad negativa. Al fin y al cabo, algunos subgéneros convierten lo que en otros casos sería un problema, en una cualidad positiva y que se torna marca registrada. Vale remarcar que de estos filmes tomo muchos elementos el Slasher.
Aquí les dejo dos trailers disponibles  http://www.youtube.com/watch?v=Ac2T_JoUwd8 http://www.youtube.com/watch?v=MOhuRs8H5Zs y si alguno se anima, el link para verla en italiano. 

Recomendable, entonces, darse una vuelta por allí el siguiente fin de semana. A partir de las 19 hs se podrá ver Vencer o morir (1989) protagonizada por Lou Ferrigno, el increíble Hulk de la serie homónima. Más tarde se verá Squirm (1976) una de lombrices asesinas. Y para culminar, el plato fuerte: The Rocky horror show (1975), de Jim Sharman, con Tim Curry y Susan Sarandon. Solo queda decir, estimados lectores, luego de la crónica y la recomendación, espero os haya iluminado. 

martes, 9 de julio de 2013

En esta ocasión, Recorremos con mi coequiper un largo camino desde el bar en que nos encontrábamos hacia el Chacarerean Teatre, a fin de entrevistar a Emiliano Romero, director de Topos, y a Mauricio Dayub, uno de los protagonistas de la película. No sin antes, claro, disfrutar de la proyección en ese espacio especial, el cual forma parte del circuito que la película realiza, además de las proyecciones en los cines.

E: ¿Cómo se trabajó la idea de la película a partir del guión?
R: La idea del guión es que todos los personajes sean ambiguos, que nadie se salve absolutamente. Todos son seres humanos y tienen sus zonas oscuras.
E: ¿Cuál era la idea a la hora de mostrar la foto de la madre de Congo?
R: Creo que deberíamos haber dejado más tiempo en pantalla la foto, fue un error mío. Tal vez la composición del cuadro debería haber sido considerado de otra manera.
E: ¿De qué manera pensaste ese personaje que no se ve, pero que claramente tiene una importancia en el relato?
R: L a madre es una foto, un texto. Y laburo interno. No se habló eso con Lautaro ni con Mauricio. Se sabe que la madre le había enseñado a bailar. Pero se dejan para que el espectador las imagine.
E: ¿Con respecto a los alumnos y las prácticas de danza, como imaginaste que era mejor plantearlo? 
R: La idea era que se notara que la danza no es realmente danza clásica, en el detrás de escena, durante los ensayos que se muestran.
E: ¿Cuál fue la respuesta del público en las diferentes proyecciones?
R: En La Plata, por ejemplo, nadie se rió en momentos de la película en que en otros espacios eso se daba. Pero todo el mundo aplaudió.
E: ¿Está planteada la época en la cual se desarrolla la historia? 
R: No, la época no se ha marcado. Una  cosa curiosa, dados algunos detalles y es que en Bolivia, cuando se menciona a un personaje denominado “el general”, a secas, preguntaban si se trataba de Perón. Pero no, no era Perón. Habíamos pensado en cambiar el rango militar del personaje, pero finalmente no lo hicimos.
E: ¿Cuál es tu historia con la actuación? 
R: Nunca estudié actuación. Pero estuve siempre rodeado de actores. Mis padres  y mi hermana son actores y directores, todo se tiñó de teatro en mi vida. En la Fuc yo siempre dirigía a los actores. En la misma escuela dí clases cinco años. Luego de la desvinculación, Antín (N de la R: Manuel, rector de la Universidad del cine) me invitó a volver, pero en ese momento dije que no. Pensé que si quería vivir de algo que realmente me gustara, tenía que hacer realmente algo que me hiciera sentir así. Así comencé a dictar una serie de cursos de actuación que no existen en el mundo, de actuación frente a cámara.
E: En un momento, viendo la película, reconocí a uno de los actores. Tiene un papel pequeño, pero llamativo en su construcción.
R: Es Antonio Bax. Un gran actor. Lo conozco hace mucho tiempo y ha protagonizado varios cortos que dirigí, como “Tiernizado, limpio y a picar”.

E: ¿Qué opinión te merece el cine estadounidense?
R: No me parece que el cine estadounidense sea malo, como se dice a veces; para mí el cine es para el público. Voy a defender mil veces más a Spielberg que a un director con pose que hace cine para él y los amigos.
E: ¿Cómo se ingresa en el circuito de producción?
R: Hay que hacer lobby. La historia es por el reparto de la torta. Los que están prendidos no quieren soltarse y por eso es tan difícil entrar en el círculo del reparto de la guita.

E: ¿Cómo surgió el nombre de la película? O más bien qué significado tiene?
R: Topos sugiere una alegoría con el arriba y el abajo. De ese modo se muestran los personajes, así viven. Es una película llena de metáforas. A mí me despertó muchas preguntas. Lo más importante es lo que el relato genera en el espectador. Eso me recuerda a grandes autores como Griselda Gambaro, o Tito Cossa; en determinado momento no podían decir las cosas abiertamente, entonces trabajaban con la alegoría
E: ¿De qué manera definirías al topo?
R: Es como si no tuviera una realidad definida; pero era más interesante mostrarlo como un ser que había perdido todos los condicionamientos sociales. Casi todo en él estaba jugado, empujado al límite.
E: ¿Qué detalle recordás como uno de los más divertidos?
R: Bueno, en el momento en que Leonor Manso definió a su personaje como a “Johnny Deep  haciendo de Lenin.”
E: ¿Qué podés contarnos al respecto de la locación elegida?
R: Filmamos en un geriátrico que sufrió un incendio, ubicado en la ciudad de Buenos Aires. El rodaje no fue fácil, era invierno y hubo que trabajar con un frío húmedo; terminamos todos bastante mal de la espalda.
E: ¿Qué decisiones tomaste en cuanto al color, para darle a los diferentes espacios el estilo que te parecía debía teñirlos?
R: Usamos tonos entre ocres, naranjas, marrones, sepias.
E: ¿Qué directores te gustan?
R: Me gusta Gondry. Se nota de alguna manera que no es latino, parece que su pueblo no fue estafado, creo que eso se ve en sus historias.
Mauricio Dayub
E: ¿Cómo se planificó el rodaje?
M: No hubo ensayos previos. Creo que la construcción de mi personaje surgió de la lectura del guión. El primer día llegué a rodaje, me empezaron a atar. Y yo preguntaba de que era el material  que se estaba  utilizando, y me decían: Es material inorgánico. (risas). Hicimos la última es cena sin saber cómo era el mundo, los códigos del universo de los topos. Esos e debe a que  casi siempre en cine se empieza por la escena más difícil. Es todo más fácil si uno intuye lo que quiere el director. Además de eso, Emiliano ayuda mucho. Sabe muy bien lo que quiere, y tiene un nivel increíble.
E: ¿Cómo es Congo?
M: Congo tiene mucha expectativa con su hijo. No son muchos  y cuando él hijo que ha elegido para sucederlo desaparece, se complica. La hija no se siente capaz, pero sin embargo Congo  toma la decisión que sea ella quien siga con el trabajo.
E: ¿Qué podés decir  respecto al personaje de la madre?
M: Creo que Emiliano no quiso ahondar en algunos temas, como la mención a la madre. Prefirió dejar datos sueltos.
E: ¿Cómo ves el mundo construido para albergar a los topos?
M: Hay un acierto en su construcción. Y es interesante ver lo que guía la ilusión de los personajes en su acceso al mundo de arriba. Había un estilo muy fuerte de trabajo al respecto.
E: Has organizado funciones de la película en el Chacarerean (teatre, propiedad de Mauricio Dayub) como parte del circuito de exhibición. ¿Qué podés contarnos al respecto?
M: Bueno, este es un teatro que reciclamos con mis socios hace ya unos años; hemos realizado varios proyectos aquí, y ahora, bueno, mostramos la película.


Una entrevista más, muy satisfactoria, en la cual tanto mi coequiper y yo aprendimos algo, como en cada oportunidad en que nos entrometemos un poquito para contarles historias: Siempre se abren nuevos caminos.