miércoles, 22 de enero de 2014

El lobo de Wall Street

Un personaje sin moral, pleno de codicia, al que el director no juzga y hasta le otorga la voz para que diga en primera persona lo que el titiritero quiere contarnos de él. Y DiCaprio, de la mano de Scorsese,  nos lleva un viaje de locura, con pasos de comedia ligeros y tal vez demasiado extensos (uno de ellos, al menos, me hizo vivir un deja vú; quizá en algún momento recuerde en que film lo ví). Lo que es casi inevitable es sentir empatía por Jordan Belfort . Lo ves tirando dólares a los agentes que lo investigan, tomando drogas, engañando a su mujer una y mil veces, y un sinnúmero de otras acciones reprochables, y sin embargo te cae bien. El film lleva un buen ritmo pero hacia el final se hace un poquito obvio en lo que creo fue la intención de dar un pequeño mensaje moralista al respecto del comportamiento del personaje. Tal vez  sintió algo de culpa por el derroche y la banalidad expuesta así, cruda, ante los ojos del espectador.  O tal vez lo pensó de ese modo desde el inicio. En una época en la que el dinero y las posiciones acomodadas y sus beneficios generan más controversia que nunca (pero siguen existiendo, a pesar del mundo, a pesar de todo) el director se permite querer a un tipo así, un egoísta, ególatra y presumido. Mostrarlo drogado, balbuceando, Planeando el lanzamiento de enanos a corta distancia por puro divertimento. Un Robin Hood al revés. Un tipo que te quita cosas con promesas falsas de crecimiento personal y económico. Un tipo que te vende cosas que no necesitás, y que te puede enseñar a venderlas, como un gurú de la autorealización económica a costa de los otros. Perdón. ¿Alguien tiene un bolígrafo para venderme?

lunes, 16 de diciembre de 2013

La ComicCon vernácula a puro fuego
Ciruelo en su Ciruelo Fantasy Art

La temperatura superaba los 35 grados pero ahí estaban todos. Los cosplayers, de punta en blanco (o verde, o rojo, depende la necesidad) para participar del concurso. Los coleccionistas ávidos de los descuentos que se ofrecían en los stands de comics. Rarezas, Nuevas publicaciones, todo lo que fascina al lector asiduo estaba allí. Y había más cosas? Claro. Un lujo Ciruelo en su stand, mostrando sus trabajos y accediendo con amabilidad a las fotos, autógrafos y reportajes. La mayoría de las filas era interminable, pero eso no minaba las ganas de los asistentes, que resistieron el intenso calor y siguieron firmes recorriendo el espacio. Los fanáticos de The walking dead tuvieron su momento de gloria (más bien, específicamente, los seguidores de Emily Kinney) en el sector de prensa y la posterior sesión de fotos y firma de autógrafos.
También hubo lugar para los fanáticos  de Dr Who, con su propio espacio. Daniel de la Vega, quien viene marcando los pasos del cine de género local, junto con otros colegas como Valentín Javier Diment y sobre quien tendremos novedades en el siguiente número de Breaking Away, participó de los paneles.

A lleno completo, entonces, se podría decir, funcionó la ComicCon en el predio El Dorrego, y se vislumbra que la experiencia se repetirá en 2014. Allí estaremos para verlo. 

viernes, 25 de octubre de 2013

Pop Con






Regreso al futuro

Mi yo de finales de los 80, aquél que vió por primera vez Volver al futuro en las lejanas y ahora casi arcaicas videocaseteras, hubiera estado de parabienes durante el desarrollo de la Pop Con.  Un evento en el cual los cosplayers tomaron por asalto, casi podría decir, la década en cuestión, dándole vida a personajes de gran parte de los films y series que fueron éxito por entonces (sí, tengo una foto con uno de los temibles lagartos de V). Pudimos ver de cerca a Freddy Krueger sin poner en peligro nuestra osamenta. También pudimos charlar con  Diego González, quien trabajó en vivo  hasta lograr una excelente escultura de El guasón. Diversos stands 
ofrecían sus trabajos para darnos un empujoncito más en este viaje. Volviendo a los cosplayers, que puedo decir del bastante logrado Doc Brown, quien se llevó el aplauso generalizado del público, lo cual hizo necesario que se lo premiara con el primer puesto gracias a su performance. No faltaron tampoco series aún vigentes (casi hacemos que los depredadores den cuenta de una pobre porrista del equipo de ese gran personaje que es Sue Sylvester; sabrán disculparme, pero aún sin ser seguidores de Glee, es justo decir que ese personaje se come la serie por lejos) Big Daddy y Hit Girl de Kick Ass.El Iron man gigante de Senki Toys acaparó la atención de los asistentes por un largo rato. Las atracciones eran muchas y muy variadas. Lilia Lemoine, además de ser una excelente presentadora para el concurso de cosplay, nos regaló una muestra de su capacidad como maquilladora de fx.
También, los creadores de Daemonium ofrecieron una charla sobre cine de género en la Argentina. Seguidamente los representantes de Made Digital Training explicaron el proceso de creación en el film de animación Metegol.

Pero el momento cúlmine, o al menos que más emoción me causó, fue la presentación de Flashback, una banda de película (según ellos mismos se dieron en llamar) luego de ajustar los detalles para su presentación, la banda dio paso al inicio de su show, siguiendo con muy buen timming las intros de varias series y películas, las cuales podían verse en una pantalla en el escenario. No hubo quien no aplaudiera o recordada al ritmo de las canciones originales interpretadas con gran pericia. Al fin de cuentas, de algún modo, mi yo de los 80’s estuvo presente en Pop Con. Y se sintió muy feliz.   

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Denle una oportunidad a Darín


Qué decir al respecto de Séptimo. En este punto no sé si Darín elige mal los papeles, si le traen unos guiones insostenibles (que esperan salvación a través de la presencia del protagonista) o vaya a saber qué, pero resulta que uno llega al cine con un poquito de esperanza de no ver otra vez al actor haciendo de  sí mismo, sino al fin una película en que al menos se pueda lucir un poco. Pero no, vean,  resulta que la historia arranca interesante a partir de la desaparición de los hijos del abogado que él encarna, pero como un flan que va perdiendo consistencia sucede lo mismo con la trama. Se hace poco creíble porque tanto el guión como los actores no ayudan , y al margen de eso, van sucediendo algunas cosas un poco obvias que en lugar de desviar la atención (atentos al comisario y sus actitudes) empiezan a aguar la fiesta.


http://www.youtube.com/watch?v=f-UA8pHgWOo


 El clímax del desastre es el plantado de un objeto que se supone no solamente le da la pista al atribulado padre al respecto de lo que ha sucedido con sus hijos durante el tiempo en que estos estuvieron retenidos, además le muestra eso también al espectador. Pero el problema es que lo hace de una manera tan burda, que se nota que había que resolver de algún modo el intríngulis y bueno, echaron mano de lo que primero que vieron. De todos modos el casting hizo agua por varios lados y se ve que alguien creyó que los niños podían dar el tipo necesario, pero eso tampoco sucedió. Belén Rueda no está a la altura de las interpretaciones anteriores. ¿Se salva alguien? Bueno, los secundarios no son impresentables, al menos. Se puede decir que a esta altura Darín resta más que lo que suma y deberían darse cuenta que ya no es negocio seguro y dejarlo descansar un poco.

lunes, 22 de julio de 2013


Una noche en el Bazofi

En la noche del sábado me dirigí hasta el Enerc (la escuela de cine del Incaa) con la promesa de ver un corto de Buster Keaton llamado El herrero. Lo interesante era poder observar las imágenes que no aparecen en el original, encontradas recientemente por los propulsores del espacio que nos convocaba, los por todos conocidos Fernando Martín Peña Y Fabio Manes .  Ya ubicado en el microcine, pude con agrado ver el material, el cual espera ser restaurado en breve. Presentado y narrado en persona por Peña, tuvo lugar un muy grato momento compartido con el resto de la sala, con mucha magia, debo decir. El viaje mental a las épocas en que todo era nuevo cada vez que iba al cine, fue inevitable.
Más tarde tuve el gusto de ver Seis mujeres para el asesino, una coproducción entre Italia, Francia y Alemania Federal (1964) dirigida por Mario Bava. Dentro del subgénero nacido en Italia y conocido como Giallo, derivado del thriller y el cine de terror, cuyas características son la exageración en las formas, el film hace hincapié en el morbo a la hora de mostrar los crímenes. Sangre por doquier, marcada sobreactuación, decorados recargados y la obviedad de la historia no fueron en este caso, una cualidad negativa. Al fin y al cabo, algunos subgéneros convierten lo que en otros casos sería un problema, en una cualidad positiva y que se torna marca registrada. Vale remarcar que de estos filmes tomo muchos elementos el Slasher.
Aquí les dejo dos trailers disponibles  http://www.youtube.com/watch?v=Ac2T_JoUwd8 http://www.youtube.com/watch?v=MOhuRs8H5Zs y si alguno se anima, el link para verla en italiano. 

Recomendable, entonces, darse una vuelta por allí el siguiente fin de semana. A partir de las 19 hs se podrá ver Vencer o morir (1989) protagonizada por Lou Ferrigno, el increíble Hulk de la serie homónima. Más tarde se verá Squirm (1976) una de lombrices asesinas. Y para culminar, el plato fuerte: The Rocky horror show (1975), de Jim Sharman, con Tim Curry y Susan Sarandon. Solo queda decir, estimados lectores, luego de la crónica y la recomendación, espero os haya iluminado. 

martes, 9 de julio de 2013

En esta ocasión, Recorremos con mi coequiper un largo camino desde el bar en que nos encontrábamos hacia el Chacarerean Teatre, a fin de entrevistar a Emiliano Romero, director de Topos, y a Mauricio Dayub, uno de los protagonistas de la película. No sin antes, claro, disfrutar de la proyección en ese espacio especial, el cual forma parte del circuito que la película realiza, además de las proyecciones en los cines.

E: ¿Cómo se trabajó la idea de la película a partir del guión?
R: La idea del guión es que todos los personajes sean ambiguos, que nadie se salve absolutamente. Todos son seres humanos y tienen sus zonas oscuras.
E: ¿Cuál era la idea a la hora de mostrar la foto de la madre de Congo?
R: Creo que deberíamos haber dejado más tiempo en pantalla la foto, fue un error mío. Tal vez la composición del cuadro debería haber sido considerado de otra manera.
E: ¿De qué manera pensaste ese personaje que no se ve, pero que claramente tiene una importancia en el relato?
R: L a madre es una foto, un texto. Y laburo interno. No se habló eso con Lautaro ni con Mauricio. Se sabe que la madre le había enseñado a bailar. Pero se dejan para que el espectador las imagine.
E: ¿Con respecto a los alumnos y las prácticas de danza, como imaginaste que era mejor plantearlo? 
R: La idea era que se notara que la danza no es realmente danza clásica, en el detrás de escena, durante los ensayos que se muestran.
E: ¿Cuál fue la respuesta del público en las diferentes proyecciones?
R: En La Plata, por ejemplo, nadie se rió en momentos de la película en que en otros espacios eso se daba. Pero todo el mundo aplaudió.
E: ¿Está planteada la época en la cual se desarrolla la historia? 
R: No, la época no se ha marcado. Una  cosa curiosa, dados algunos detalles y es que en Bolivia, cuando se menciona a un personaje denominado “el general”, a secas, preguntaban si se trataba de Perón. Pero no, no era Perón. Habíamos pensado en cambiar el rango militar del personaje, pero finalmente no lo hicimos.
E: ¿Cuál es tu historia con la actuación? 
R: Nunca estudié actuación. Pero estuve siempre rodeado de actores. Mis padres  y mi hermana son actores y directores, todo se tiñó de teatro en mi vida. En la Fuc yo siempre dirigía a los actores. En la misma escuela dí clases cinco años. Luego de la desvinculación, Antín (N de la R: Manuel, rector de la Universidad del cine) me invitó a volver, pero en ese momento dije que no. Pensé que si quería vivir de algo que realmente me gustara, tenía que hacer realmente algo que me hiciera sentir así. Así comencé a dictar una serie de cursos de actuación que no existen en el mundo, de actuación frente a cámara.
E: En un momento, viendo la película, reconocí a uno de los actores. Tiene un papel pequeño, pero llamativo en su construcción.
R: Es Antonio Bax. Un gran actor. Lo conozco hace mucho tiempo y ha protagonizado varios cortos que dirigí, como “Tiernizado, limpio y a picar”.

E: ¿Qué opinión te merece el cine estadounidense?
R: No me parece que el cine estadounidense sea malo, como se dice a veces; para mí el cine es para el público. Voy a defender mil veces más a Spielberg que a un director con pose que hace cine para él y los amigos.
E: ¿Cómo se ingresa en el circuito de producción?
R: Hay que hacer lobby. La historia es por el reparto de la torta. Los que están prendidos no quieren soltarse y por eso es tan difícil entrar en el círculo del reparto de la guita.

E: ¿Cómo surgió el nombre de la película? O más bien qué significado tiene?
R: Topos sugiere una alegoría con el arriba y el abajo. De ese modo se muestran los personajes, así viven. Es una película llena de metáforas. A mí me despertó muchas preguntas. Lo más importante es lo que el relato genera en el espectador. Eso me recuerda a grandes autores como Griselda Gambaro, o Tito Cossa; en determinado momento no podían decir las cosas abiertamente, entonces trabajaban con la alegoría
E: ¿De qué manera definirías al topo?
R: Es como si no tuviera una realidad definida; pero era más interesante mostrarlo como un ser que había perdido todos los condicionamientos sociales. Casi todo en él estaba jugado, empujado al límite.
E: ¿Qué detalle recordás como uno de los más divertidos?
R: Bueno, en el momento en que Leonor Manso definió a su personaje como a “Johnny Deep  haciendo de Lenin.”
E: ¿Qué podés contarnos al respecto de la locación elegida?
R: Filmamos en un geriátrico que sufrió un incendio, ubicado en la ciudad de Buenos Aires. El rodaje no fue fácil, era invierno y hubo que trabajar con un frío húmedo; terminamos todos bastante mal de la espalda.
E: ¿Qué decisiones tomaste en cuanto al color, para darle a los diferentes espacios el estilo que te parecía debía teñirlos?
R: Usamos tonos entre ocres, naranjas, marrones, sepias.
E: ¿Qué directores te gustan?
R: Me gusta Gondry. Se nota de alguna manera que no es latino, parece que su pueblo no fue estafado, creo que eso se ve en sus historias.
Mauricio Dayub
E: ¿Cómo se planificó el rodaje?
M: No hubo ensayos previos. Creo que la construcción de mi personaje surgió de la lectura del guión. El primer día llegué a rodaje, me empezaron a atar. Y yo preguntaba de que era el material  que se estaba  utilizando, y me decían: Es material inorgánico. (risas). Hicimos la última es cena sin saber cómo era el mundo, los códigos del universo de los topos. Esos e debe a que  casi siempre en cine se empieza por la escena más difícil. Es todo más fácil si uno intuye lo que quiere el director. Además de eso, Emiliano ayuda mucho. Sabe muy bien lo que quiere, y tiene un nivel increíble.
E: ¿Cómo es Congo?
M: Congo tiene mucha expectativa con su hijo. No son muchos  y cuando él hijo que ha elegido para sucederlo desaparece, se complica. La hija no se siente capaz, pero sin embargo Congo  toma la decisión que sea ella quien siga con el trabajo.
E: ¿Qué podés decir  respecto al personaje de la madre?
M: Creo que Emiliano no quiso ahondar en algunos temas, como la mención a la madre. Prefirió dejar datos sueltos.
E: ¿Cómo ves el mundo construido para albergar a los topos?
M: Hay un acierto en su construcción. Y es interesante ver lo que guía la ilusión de los personajes en su acceso al mundo de arriba. Había un estilo muy fuerte de trabajo al respecto.
E: Has organizado funciones de la película en el Chacarerean (teatre, propiedad de Mauricio Dayub) como parte del circuito de exhibición. ¿Qué podés contarnos al respecto?
M: Bueno, este es un teatro que reciclamos con mis socios hace ya unos años; hemos realizado varios proyectos aquí, y ahora, bueno, mostramos la película.


Una entrevista más, muy satisfactoria, en la cual tanto mi coequiper y yo aprendimos algo, como en cada oportunidad en que nos entrometemos un poquito para contarles historias: Siempre se abren nuevos caminos. 

miércoles, 5 de junio de 2013

Que el cine argentino, bastardeado desde adentro por quienes deberían cuidarlo (y a veces por quienes forman parte del círculo productivo) se anime a dar más giros generando de este modo un nuevo tipo de espectador que espere algo más que gente tomando mate en una casa tipo chorizo (para nuestros lectores del exterior, una casa con un patio y varias habitaciones en hilera comunicadas con éste, muy típicas en Argentina) es aire fresco. En este caso hablamos de Hermanos de sangre, una comedia negra con un guión escrito en forma conjunta por Nicanor Loreti (productor y director de Diablo), Martín Blousson y Germán Val. Nos cuenta la historia de Matías, un hombre de mediana edad algo entradito en kilos, menospreciado por sus compañeros de trabajo, su jefe y hasta su tía (un gusto ver a Carlos Perciavale en el rol). Es un film correcto en la construcción de la historia, con personajes que sorprenden y juegan cada uno un papel preponderante en el rompecabezas que se va armando a lo largo de los minutos. Cuando pareciera que vamos a obtener un giro por demás obvio, el director nos sorprende abofetéandonos con un toque cómico y nos demuestra que no todo es siempre lo que creemos, que no todo está visto. Se luce Sergio Boris interpretando a Nicolás Galván . Un guiño a la gran mujer sensual (y sexual) del cine argentino es la presencia de Coqui Sarli como Beatriz. El resto del elenco presenta buenos momentos sin destacarse demasiado. En suma, el film se traduce en una grata sorpresa a la que quizá le hubiera faltado un cierre con más fuerza, pero en el conjunto se aplaude lo visto, por lo cual es una película bastante entretenida y recomendable. En conclusión destacamos la labor de De la Vega por presentarnos esta historia típica de una manera muy argentina sin caer en el cliché. 
enciones sobran